miércoles, 10 de marzo de 2010

SOBRE EL DUELO Y EL DOLOR. Autora: Elisabeth Kübler-Ross

Todas las personas procedemos de la misma fuente y regresamos a esa misma fuente.
Todos hemos de aprender a amar y a ser amados incondicionalmente.
Todas las penurias que se sufren en la vida, todas las tribulaciones y pesadillas, todas las cosas que podríamos considerar castigos de Dios, son en realidad regalos. Son una oportunidad para crecer, que es la única finalidad de la vida.
No se puede sanar al mundo sin sanarse primero a sí mismo.
Si estamos dispuestos para las experiencias espirituales y no tenemos miedo, las tendremos sin necesidad de un gurú o un maestro que nos diga como hacerlo.
Cuando nacimos de la fuente a la que yo llamo Dios, fuimos dotados de una faceta de la divinidad; esto es lo que nos da el conocimiento de nuestra inmortalidad.
Debemos vivir hasta morir.
Nadie muere solo.
Todos somos amados con un amor que trasciende la comprensión.
Todos somos bendecidos y guiados.
Es importante que hagamos solamente aquello que nos gusta hacer. Podemos ser pobres, podemos pasar hambre, podemos vivir en una casa destartalada, pero vamos a vivir plenamente. Y al final de nuestros días vamos a bendecir nuestra vida porque hemos hecho lo que vinimos a hacer.
la lección más dificil de aprender es el amor incondicional.
Morir no es algo que haya que temer; puede ser la experiencia más maravillosa en la cual ya no hay dolor ni angustias.
Todo es soportable cuando hay amor.
Lo único que vive eternamente es el amor. MARI.

No hay comentarios:

Publicar un comentario