domingo, 14 de noviembre de 2010

CUENTO


     UN CUENTO DE AMISTAD   (Paulo Coelho)


    Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera.


    Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados.Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales (a veces los muertos tardan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición).


    La carretera era muy larga y colina arriba.
    El sol era muy intenso, y ellos estaban sudados y sedientos. En una curva del camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro.


    El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada y entabló con él, el siguiente diálogo:


    -Buenos días.
    -Buenos días - respondió el guardián.
    -¿Cómo se llama este lugar tan bonito?
    -Esto es el cielo.
    -¡Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos!
    -Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera.


    Y el guardián señaló la fuente.


    -Pero mi caballo y mi perro también tienen sed...
    -Lo siento mucho - Dijo el guardián - pero aquí no se permite la entrada a los animales.


    El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo. Dio gracias al guardián y siguió adelante. Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles. A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero.
   Posiblemente dormía.


    -Buenos días - dijo el caminante.
    -El hombre respondió con un gesto de la cabeza.
    -Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo.
    -Hay una fuente entre aquellas rocas - dijo el hombre, indicando el lugar -Podéis beber toda el agua como queráis.
    -El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed.


    El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre.


    -Podéis volver siempre que queráis -Le respondió éste.
    -A propósito ¿Cómo se llama este lugar? - preguntó el hombre.
    -EL CIELO.
    -¿El Cielo?
    -¿Sí?
    -Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello 
era el Cielo!
    -Aquello no era el Cielo. Era el Infierno -contestó el guardián.


    El caminante quedó perplejo.
    
    -¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe provocar grandes confusiones! - advirtió el hombre.


    -¡De ninguna manera! - increpó el hombre - En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.
  


    Mari Carmen.


  

3 comentarios:

  1. ¡Buen Domingo querida amiga! me encanta Paulo Coelho, pero este cuento no lo conocía y es que parece mentira pero siempre ponemos nuestra propia necesidad por encima de todo, y esa forma de ser tan egoista hace que las personas cada vez sean más solitarias.
    Un abrazo

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  2. Excelente!
    Un abrazo enorme y un besote

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