miércoles, 28 de julio de 2010

LA ISLA DE LAS EMOCIONES Y SENTIMIENTOS


(Cuento de Jorge Bucay) Se lo copié a una amiga bloguera, me encantó y quiero compartirlo. Gracias Isa por dejar que copie algo tan bello.


Hubo una vez, una isla donde habitaban todas las emociones y todos los sentimientos humanos que existen. Convivian por supuesto, el temor, la sabiduría, el amor, la angustia, la envidia, el odio...Todos estaban allí. A pesar de los roces naturales de la convivencia, la vida era sumamente tranquila e incluso previsible. A veces la Rutina hacia que el Aburrimiento se quedara dormido o el Impulso armaba algún escándalo, pero muchas veces la Constancia lograba aquietar el Descontento.

Un día, inesperadamente para todos los habitantes de la isla, el Conocimiento convocó una reunión. Cuando la Distracción se dio por enterada y la Pereza llegó al lugar de encuentro, todos estuvieron presentes. Entonces el Conocimiento dijo:
-Tengo una mala noticia que darles, la isla se hunde.
Todas las emociones que vivían en la isla dijeron:
-¡No, cómo puede ser! ¡Si nosotros vivimos aquí desde siempre!
El Conocimiento repitió:
-La isla se hunde.
-¡Pero no puede ser! ¡Quizá estás equivocado!
-el Conocimiento casi nunca se equivoca
dijo la Conciencia dándose cuenta de la verdad.
-Si él dice que se hunde, debe ser porque se hunde.
-¿Pero qué vamos a hacer ahora?
Se preguntaron los demás. Entonces el Conocimiento contestó:
-Por supuesto, cada uno puede hacer lo que quiera, pero yo les sugiero que busquen la manera de dejar la isla...Construyan un barco, un bote, una balsa o algo que les permita irse, porque el que permanezca en la isla desaparecerá con ella.
-¿No podrías ayudarnos?
Preguntaron todos, porque confiaban en su capacidad.
-No-dijo el Conocimiento-la Previsión y yo hemos construido un avión y en cuanto termine de decirles esto volaremos hasta la isla más cercana.

Las emociones dijeron:
-¡No! ¡Pero, no! ¿Qué será de nosotras?
Dicho esto, el Conocimiento se subió al avión con su socia y llevando de polizón al Miedo, que como no es tonto ya se había escondido en el motor, dejaron la isla. Todas las emociones, en efecto, se dedicaron a construir un bote, un barco, un velero...Todas...salvo el Amor.

Porque el Amor estaba tan relacionado con cada cosa de la isla que dijo:
-Dejar esta isla...después de todo lo que viví aquí...¿Cómo podría yo dejar este arbolito, por ejemplo?
Ahh...compartimos tantas cosas...

Y mientras las emociones se dedicaban a fabricar el medio para irse, el Amor se subió a cada árbol, olió cada rosa, se fue hasta la playa y se revolcó en la arena como solía hacerlo en otros tiempos. Tocó cada piedra...y acarició cada rama...Al llegar a la playa, exactamente desde donde el sol salía, su lugar favorito, quiso pensar con esa ingenuidad que tiene el amor.

-Quizá la isla se hunda por un ratito...y después resurja...¿Por qué no?- Y se quedó días y días midiendo la altura de la marea para revisar si el proceso de hundimiento no era reversible...

La isla se hundía cada vez más...sin embargo el Amor no podía pensar en construir, porque estaba tan dolorido que solo era capaz de llorar y gemir por lo que perdería. Se le ocurrió entonces que la isla era muy grande y que aún cuando se hundiera un poco, siempre él podría refugiarse en la zona más alta...cualquier cosa era mejor que irse. Una pequeña renuncia nunca había sido un problema para él. Así que, una vez más, tocó piedrecitas de la orilla...y se arrastró por la arena...y otra vez se mojó los pies en la pequeña playa que antes fue enorme...

Luego, sin darse demasiado cuenta de su renuncia, caminó hacia la parte norte de la isla, que si bien no era la que más le gustaba, era la más elevada...

Y la isla se hundía cada día un poco más...y el Amor se refugiaba cada día en un espacio más pequeño...
-después de tantas cosas que pasamos juntos- le reprochó a la isla.

Hasta que, finalmente sólo quedó una minúscula porción de suelo firme, el resto había sido tapado completamente por el agua. Justo en ese momento el Amor se dio cuenta de que la isla se estaba hundiendo de verdad. Comprendió que, si no dejaba la isla, el amor desaparecería para siempre de la faz de la tierra...

Caminando entre senderos anegados y saltando enormes charcos de agua, el Amor se dirigió a la bahía. Ya no había posibilidad de construirse una salida como la de todos, había perdido demasiado tiempo en negar lo que perdía y en llorar lo que desaparecía poco a poco ante sus ojos.

Desde allí podría ver pasar a sus compañeros en las embarcaciones. Tenía la esperanza de explicar su situación y de que alguno de sus compañeros le comprendiera y le llevara.

Observando el mar, vio venir el barco de la Riqueza y le hizo señas. La Riqueza se acercó un poquito a la bahía.
-Riqueza, tú que tienes un barco tan grande, ¿no me llevarías hasta la isla vecina? Yo sufrí tanto la desaparición de esta isla que no pude fabricarme un bote...y la Riqueza le contestó:
Estoy tan cargada de dinero, de joyas y de piedras preciosas, que no tengo lugar para tí, lo siento...-y siguió su camino sin mirar atrás.

El Amor siguió observando, y vio venir a la Vanidad en un barco hermoso, lleno de adornos y florecitas de todos los colores. Llamaba muchísimo la atención. El Amor se estiró un poco y gritó:
-¡Vanidad...Vanidad...llévame contigo!
La Vanidad miró al Amor y le dijo:
-Me encantaría llevarte, pero...¡Tienes un aspecto! ¡Estás tan desagradable! tan sucio y tan desaliñado, perdón pero creo que afearías mi barco- y se fue.

Y así el Amor pidió ayuda a cada una de las embarcaciones. A la Constancia, a la Sensualidad, a los Celos, a la Indignación y hasta al Odio. Y cuando pensó que ya nadie más pasaría, vio acercarse un barco muy pequeño, el último, el de la Tristeza.

Tristeza, hermana-le dijo- tú que me conoces tanto, tú no me abandonarás aquí, eres tan sensible como yo...¿Me llevarás contigo?
Y la Tristeza le contestó:
-Yo te llevaría, te lo aseguro, pero estoy taaaan triste...que prefiero estar sola-y sin decir más, se alejó. Y el Amor, pobrecito, se dio cuenta de que por haberse quedado ligado a esas cosas que tanto amaba, él y la isla iban a hundirse en el mar hasta desaparecer. Entonces se sentó en el último pedacito que quedaba de su isla a esperar el final...

De pronto el Amor escuchó que alguien chistaba: -chst,chst,chst...

Era un desconocido viejito que le hacia señales desde un bote de remos. El Amor se sorprendió:
-¿A mí?-preguntó, llevándose una mano al pecho.
-Sí, sí-dijo el viejito-, a tí. Ven conmigo, súbete a mi bote y rema conmigo, yo te salvo. El Amor le miró y quiso darle explicaciones:
-Lo que pasó fue que yo me quedé...
-Entiendo-dijo el viejito sin dejarle terminar la frase-, sube.

El Amor subió al bote y juntos empezaron a remar para alejarse de la isla. No pasó mucho tiempo antes de ver como el último centímetro que quedaba a flote terminó de hundirse y la isla desaparecería para siempre.

Nunca volverá a existir una isla como esta-murmuró el Amor, quizá esperando que el viejito le contradijera y le diera alguna esperanza.
-No-dijo el viejo, cómo ésta, nunca.

Cuando llegaron a la isla vecina, el Amor comprendió que seguía vivo. Se dio cuenta de que iba a seguir existiendo. Giró sobre sus pies para agradecerle al viejecito, pero éste, sin decir una palabra, se había marchado tan misteriosamente como había aparecido. Entonces, el Amor, muy intrigado, fue en busca de la Sabiduría para preguntarle.
-¿Cómo puede ser? Yo no lo conozco y él me salvó...Nadie comprendía que me hubiera quedado sin embarcación, pero él me ayudó, él me salvó y yo ni siquiera se quien es...

La Sabiduría lo miró a los ojos un buen rato y dijo:

-Él es el único capaz de conseguir que el amor sobreviva cuando el dolor de una pérdida le hace creer que es imposible seguir adelante. El único capaz de darle una nueva oportunidad al amor cuando parece extinguirse. El que te salvó, Amor, es el Tiempo.


Creo que el cuento merece la pena...tenéis lectura para varios días, pero espero que os guste. ( MI TIEMPO...., NECESITO MI TIEMPO....)
Mari Carmen.




5 comentarios:

  1. Has puesto delante de mis ojos algo que debía leer, me has descubierto algo que no había razonado, ahora solo falta que lo sepa utilizar, gracias Mari Carmen, me has ayudado
    un fuerte abrazo

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  2. Mari Carmen, sì que lo necesitàs y no podès "adelantar tiempos"
    Hay que vivir cada etapa por pesada que resulte para salir a flote.
    Descansà.distraete y disfrutà de tus hijos.Besotes

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  3. Bonito cuento.
    Leí lo que escribiste el día del homenaje, hubo muchas emociones juntas.
    Besitos.

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  4. Levei algum tempo mas consegui entender a mensagem
    que nos passas-te.É muito,muito bonito.dentro de cada
    um de nós há uma ilha igual a essa.Temos que tentar que a nossa ilha não se afunde.
    Um beijo

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  5. Me alegro mucho de ver, que el cuento llegue a gente que además de apreciarlo, pueda encontrar en él, un rayito de luz...a veces no nos damos cuenta de que todo necesita un tiempo...la vida sigue y volverá a surgir la luz de la esperanza.
    Por eso GRACIAS a ti, Mari Carmen, por hacer que el cuento llegue a más gente. Creo que ese era el fin de quien lo escribió.
    Un beso grande, grande...

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